
Ha sido anunciada varias veces creando mucha expectación, pero no acababa de salir. Por fin se anuncia su estreno para el 18 de septiembre de 2025.
Este año estamos asistiendo a cantidad de películas que nos llevan a los días de la invasión japonesa. Sin ir más lejos, la película más vista de este verano «Death to Rights» 南京照相馆 también estaba ambientada en este periodo histórico. Algunas otras no tuvieron tanto éxito en taquilla, como pero que entre todas están logrando que el tema «japonés» siga estando siempre en la ola.
«731» también con título en inglés «Biochemical Revelation» es la última y si no la más, una de las más esperadas. Varias veces se anunció su estreno, pero se iba retrasando debido, dicen, a acusaciones de contenido excesivamente duro.
La película finalmente se estrenará a mediados de septiembre. Un guion poco visto que revela las atrocidades inhumanas cometidas por la «Unidad 731» del ejército japonés. Esta unidad, formada por «científicos», realizó pruebas y experimentos con seres humanos. Algunos de ellos se conocen en la actualidad como los «crímenes más atroces de la historia de la humanidad», y la película busca traer a la luz esta dolorosa parte de la historia.
El director Zhao Linshan ha manifestado en varias ocasiones el duro proceso de rodaje. Según él, la experiencia fue «insoportable», y el equipo de producción a menudo caía en «largos silencios ante el sangriento material histórico». Este sentimiento se transmite en el tráiler, que ya ha provocado un enorme revuelo en redes sociales y ha batido récords de preventa de entradas.


A seis días de su estreno, el 6 de septiembre, la película ya había recaudado la asombrosa cifra de 20 millones de yuanes (unos 2,75 millones de dólares), superando con creces las expectativas.
Los crímenes de la Unidad 731 excedieron el límite de la civilización humana, e incluyeron vivisección, inyecciones de bacterias, experimentos de congelación, pruebas de estrés y trasplantes de sangre. La película «731» busca no solo documentar, sino también provocar una profunda compasión en la audiencia por las víctimas y una gran ira ante las atrocidades. El lema de la unidad era «sin anestesia, sin anticuerpos, sin resultados», una metodología sangrienta que la película no duda en exponer.
Un guion basado en hechos y testimonios
La película profundiza en el dolor de una nación que no olvida. Se relata cómo los experimentadores de la unidad sacaban a los bebés de los cuerpos de sus madres para arrojarlos al aire libre a temperaturas de -40°C, todo con el fin de registrar el «límite de congelación en los recién nacidos». Con este tipo de escenas, la película demuestra que la ciencia se había transformado por completo en la herramienta más afilada del fascismo.
En «731» se documenta que los sujetos experimentales eran deshumanizados y referidos como «troncos», sugiriendo que eran solo madera que podía cortarse a voluntad, como lo señaló el académico japonés Takao Matsumura en su libro Unidad 731 y Guerra Biológica.
A seis días de su estreno, el 6 de septiembre, la película ya había recaudado la asombrosa cifra de 20 millones de yuanes
La magnitud de los crímenes es escalofriante: se estima que más de 3.000 chinos murieron en la Unidad 731, y solo los bombardeos con plaga causaron la muerte de más de 200.000 civiles. A diferencia de otros genocidios, estas atrocidades no fueron la locura de unos pocos, puesto que parece que contaron con el apoyo del gobierno japonés aunque este afirma repetidamente que «no tiene conocimiento detallado de sus actividades» ya que en estos momentos la mayoría de los testigos han fallecido. Más de 2.000 médicos y científicos participaron en ellas, lo que las convierte en crímenes colectivos que la película se encarga de recordar.
«731», la película
El director Zhao Linshan 赵林山 pasó diez años puliendo el guión, visitando Japón, Harbin y otros lugares para recopilar materiales históricos, esforzándose por «dejar que la historia hablese por sí misma».

El elenco, elegido meticulosamente por su capacidad para manejar personajes de gran complejidad emocional, incluye a Jiang Wu 姜武, un peso pesado del cine chino, en el papel protagónico. Jiang Wu (conocido por su trabajo en filmes como A Touch of Sin), interpreta a uno de los pocos sobrevivientes de la unidad, un personaje que sirve de hilo conductor para revelar las atrocidades. Su actuación, descrita como «poderosa y contenida», captura el dolor y la resiliencia de quienes soportaron el horror.
Junto a él, el reparto cuenta con talentos como Li Weijia 王志文 y Li Naiwen 李乃文 . Se ha dicho que todos los actores se sometieron a una preparación intensa, investigando documentos históricos y testimonios para dar vida a sus personajes con la mayor verosimilitud posible.

Durante la invasión japonesa en China, la Unidad 731 del ejército japonés llevó a cabo en secreto brutales investigaciones de guerra bacteriológica en el distrito de Pingfang de Harbin, bajo el pretexto de «abastecimiento de agua y prevención de epidemias». Capturaron civiles y los sometieron a experimentos en vivo. El vendedor ambulante Wang Yongzhang y otros fueron llevados a la fuerza a una «prisión especial». El ejército japonés, bajo la falsa promesa de «libertad a cambio de cooperar en controles sanitarios e investigaciones para la prevención de epidemias», los engañó para que se sometieran a torturas extremas, incluyendo experimentos de congelación, con gases venenosos y vivisección. (Douban)
Debido a su contenido explícito y extremadamente violento, la promoción de la película recuerda a los menores de 18 años que la vean con precaución. Se espera que, más allá de la recaudación, «731» tenga un gran impacto cultural, reviviendo el debate sobre los crímenes de guerra y la necesidad de mantener viva la memoria histórica.
Estas películas con contenido histórico ocurrido durante la Segunda Guerra mundial, que coinciden el tiempo con el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, están llegando a los cines de una China contemporánea para una nueva generación de público. «No son solo obras de entretenimiento, sino que también se utilizan como herramientas de propaganda y educación nacionalista», declaró Michael Berry, experto en cultura china de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), a BBC Chinese.